Crisis Vitales
Comprendiendo el sentido de las crisis vitales
El ciclo vital completo de la vida humana se extiende desde el nacimiento hasta la muerte. Y durante nuestro ciclo vital vivimos momentos relativamente apacibles y estables alternados con otros donde aparecen nuevas exigencias y demandas, siendo éstos los llamados periodos de transición o crisis vitales, etapas necesarias para adaptarnos a las nuevas situaciones.
La palabra crisis proviene del verbo en griego antiguo “krinein” cuyo significado es reflexionar para tomar una decisión. Por tanto podemos entender que son acontecimientos que ocurren en momentos determinados de nuestra vida que requieren de nuestra atención porque aparecen alterando nuestro equilibrio personal, tanto de manera favorable como adversa, pero se viven con una enorme sensación de pérdida de control, dudas e inseguridades.
Durante estas crisis vitales es el momento de tomar decisiones y nos planteamos si serán correctas o no. Estamos hablando tanto de cambios en nuestra vida profesional como de pérdidas o rupturas afectivas, de plantearnos construir una relación de pareja o una familia, de valorar el sentido u objetivos de vida, entre muchas otras situaciones del momento o en relación a futuro.
Una crisis vital es una oportunidad, una situación que nos puede servir para cambiar y crecer, para salir de situaciones de estancamiento y redirigir nuestro rumbo, no tiene por qué ser un suceso negativo en su totalidad, la clave estará en la actitud con la que la vivamos y la capacidad que tengamos para salir fortalecidos de ella.
Por ejemplo: Uno de los momentos claves suele ser en la mitad de nuestra vida, alrededor de los 40 años, aquí puede sobrevenir una crisis profunda, donde uno mira atrás y se pregunta ¿qué estoy haciendo con mi vida?, ¿la estoy viviendo cómo quiero? ¿Estoy siendo realmente quien quiero ser? En esta edad los cambios suelen ser más profundos y conscientes.